El papel de las neuronas espejo en la empatía y su conexión con la tecnología
Tras la pandemia de Covid-19, la transformación digital recibió un gran impulso que, para mantenerse en el tiempo, depende en gran medida de su adopción efectiva por parte de las personas que la van a utilizar e implementar. Caso contrario, el proceso puede terminar causando estrés y conflictos en lugar de cambios positivos.
De acuerdo con una encuesta reciente llevada a cabo en los EE.UU. entre los empleados que hacen un uso intensivo de la tecnología en su lugar de trabajo, la insatisfacción con las soluciones existentes puede afectar no solo su desempeño sino también provocar desgaste. Tan es así que el 49 por ciento de los consultados afirmaron que podrían dejar su trabajo debido al descontento y la frustración con la tecnología que usan para realizar sus tareas.
Este es un signo de alarma que podría llegar a cambiar el panorama laboral. La transformación digital, que comenzó con la llegada a la oficina de los teléfonos inteligentes e Internet con la promesa de una mayor eficiencia y productividad, hoy está evolucionando hacia una tendencia que considera el bienestar físico, emocional y psicológico de las personas como una condición para mejorar el desempeño. De la mano de la Inteligencia Artificial (IA), estas nuevas tecnologías empáticas podrían ser la próxima revolución en los espacios de trabajo.
Con la inclusión del concepto de empatía para crear afinidad con los usuarios y comprender su perspectiva, la tecnología puede contribuir a crear un entorno laboral más saludable que apoye la salud mental y emocional de los empleados, que mejore la comunicación y que promueva la colaboración, siempre de manera cuidadosa y evitando la invasión a la privacidad. Todas características totalmente en sintonía con las necesidades de la era pospandémica.
El desafío de este nuevo entorno tecnológico será lograr un ambiente altamente personalizado; se enfocará no solo en comprender nuestros estados emocionales y físicos individuales, sino también en anticipar nuestras necesidades particulares en beneficio de nuestro propio bienestar.
Desde la Antigüedad, la empatía se ha considerado una competencia importante dado que nos permite comprender, predecir y explicar lo que otros sienten, piensan o hacen. Juega un papel central en el razonamiento moral y el comportamiento social ya que inhibe la agresión hacia los demás y ayuda a mantener la cohesión dentro de las comunidades.
Y aunque existen hipótesis que aseguran que ciertos animales son capaces de sintonizar con los estados de ánimo de sus semejantes, la empatía se considera una habilidad esencialmente humana. Involucra la interpretación, a veces subconsciente, de significados e intenciones a través de las señales sutiles de los gestos, la expresión del rostro, el tono de voz, etc. Incluso las señales proxémicas pueden influir en la decodificación de estos signos.
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