El papel de la ética en el desarrollo de inteligencia artificial
En el “2º Foro Mundial sobre la Ética de la Inteligencia Artificial: Cambiando el panorama de la gobernanza de la IA” tuvo lugar en el Centro de Congresos Brdo de Kranj los días 5 y 6 de febrero de 2024. Lograr una buena regulación de la IA es uno de los retos más importantes de nuestro tiempo, ya que exige un aprendizaje mutuo basado en las lecciones y buenas prácticas que surgen de las distintas jurisdicciones de todo el mundo. Este Foro puso en común las experiencias y los conocimientos de diferentes países que se encuentran en distintos niveles de desarrollo tecnológico y político, con el fin de lograr un intercambio focalizado en el aprendizaje mutuo y propiciar un diálogo con el sector privado, el mundo académico y una sociedad civil mucho más amplia.
Gracias a su singular mandato sobre bioética, la UNESCO ha liderado durante décadas los esfuerzos internacionales para garantizar que la ciencia y la tecnología se desarrollen dentro de un marco ético. Ya se trate de la investigación genética, del cambio climático o de la investigación científica, la UNESCO ha elaborado normas universales para maximizar los beneficios de los descubrimientos científicos, minimizando al mismo tiempo los riesgos a la baja, garantizando su contribución a un mundo más inclusivo, sostenible y pacífico. También ha identificado retos fronterizos en ámbitos como la ética de la neurotecnología, la ingeniería climática y el Internet de las cosas.
El rápido auge de la inteligencia artificial (IA) ha generado nuevas oportunidades a nivel global: desde facilitar los diagnósticos de salud hasta posibilitar las conexiones humanas a través de las redes sociales, así como aumentar la eficiencia laboral mediante la automatización de tareas. Sin embargo, estos rápidos cambios también plantean profundos dilemas éticos, que surgen del potencial que tienen los sistemas basados en IA para reproducir prejuicios, contribuir a la degradación del clima y amenazar los derechos humanos, entre otros. Estos riesgos asociados a la IA se suman a las desigualdades ya existentes, perjudicando aún más a grupos históricamente marginados.
En los últimos años, la amplia difusión experimentada por la Inteligencia Artificial ha abierto un mundo lleno de posibilidades a escala global, desde la industria manufacturera a la medicina. Sin embargo, también ha traído consigo infinidad de dilemas éticos que pueden darse a raíz de los peligros que pueden generar este tipo de sistema, como la degradación del clima o la amenaza de los derechos humanos. Por eso, en esta artículo queremos profundizar en la ética de la Inteligencia Artificial y en su importancia para nuestra sociedad.
La Inteligencia Artificial está cambiando por completo nuestra manera de interactuar, trabajar y vivir, brindando múltiples beneficios pero sin unos límites que eviten el aumento de las desigualdades y el sesgo de las libertades fundamentales. Pero también es esencial asegurarnos de que se usa de forma responsable y no causa daños a las personas o al planeta. Así pues, ética e Inteligencia Artificial deberían ir siempre de la mano. Lo que no solamente afecta al diseño y a la implementación moral de los sistemas, sino también a los valores sociales y culturales que deben integrarse en este tipo de sistemas. Totalmente necesario para garantizar su buen uso y aplicación.
La ética en la inteligencia artificial es un tema cada vez más importante en la sociedad actual. Con el creciente uso de la inteligencia artificial en campos como la medicina, la seguridad y la industria, es fundamental asegurarse de que se utilice de manera justa y ética para evitar consecuencias negativas. En términos generales, la ética en la inteligencia artificial se refiere al estudio de los valores y principios éticos que deben guiar la creación y uso de sistemas de inteligencia artificial. Esto incluye la toma de decisiones, la transparencia y la responsabilidad en el desarrollo y uso de la tecnología.
Para resolver las preocupaciones de la ética de la IA, se han desarrollado distintos marcos éticos como el de la ACM (Asociación para la Maquinaria Computacional), que fija una serie de normas que siempre deberían orientar el empleo y el desarrollo de la Inteligencia Artificial, sin perder de vista aspectos como la responsabilidad, la transparencia, la discriminación y la privacidad. En el año 2019, con el objetivo de fomentar una Inteligencia Artificial que respete los derechos y valores éticos, la UE publicó las “Directrices éticas para una Inteligencia Artificial confiable”, donde se recogían los siguientes requisitos.
En definitiva, dado que la Inteligencia Artificial influye en la vida y el bienestar de las personas, es muy importante que la inteligencia artificial y la ética vayan siempre unidas en este tipo de proyectos, pero también en cualquier innovación tecnológica. Y es que, por el bien de la economía y de la innovación, no podemos correr el peligro de crear herramientas poco éticas.
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